El crecimiento espiritual implica esfuerzo e intencionalidad – Parte I
El crecimiento es natural a la vida espiritual, pero los creyentes deben procurarlo diligentemente. Dependemos de los recursos divinos para lograr un saludable crecimiento espiritual, pero eso no implica asumir una postura pasiva y esperar a que Dios traiga el crecimiento. El crecimiento no va a ocurrir por generación espontánea. El hombre necesita la ayuda de Dios para vencer el pecado y poder realizar el ideal de ser conformado a la imagen de Cristo Jesús.
Y Dios desea y provee los medios necesarios para nuestro crecimiento y nuestra madurez, eso se llama gracia y es un don de Dios; pero el hombre debe dar una respuesta resuelta a la mano que Dios le tiende, eso se llama fe activa. Dios es el poder que actúa en el hombre, el hombre es el poder que re-actúa. Y es necesario que re-actúe. Crecer implica un esfuerzo. Dice Rick Warren: “El crecimiento espiritual no es automático. Requiere compromiso intencional. El creyente necesita desear crecer, decidir crecer, hacer un esfuerzo para crecer y persistir en el crecimiento”.
El proceso de crecimiento se inicia con una decisión personal. Dios respeta su libre albedrío, vale decir, su decisión de querer o no querer crecer. En eso Dios no va a pasar por encima suyo en su deseo de que usted crezca. El crecimiento tiene que iniciarse de adentro de su ser hacia fuera. Si no está comprometido con llegar a ser la persona que Dios le ha llamado a ser, no habrá crecimiento en su vida. Tenemos que elegir el crecimiento como estilo de vida.
¿Está usted creciendo en la vida espiritual?
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