DIA 2 — “Me siento impotente.”
"Cuando nos sentimos impotentes sobre nuestro pasado, nos sentimos culpables. Cuando nos sentimos impotentes ante nuestro futuro, sentimos miedo. Cuando nos sentimos impotentes ante el presente, nos sentimos deprimidos. Y cuando sentimos que las personas o las circunstancias de nuestra vida no van a cambiar, nos sentimos enojados.
La sensación de impotencia es la raíz de todas las emociones negativas.
La idea de que no hay mucho que se pueda hacer sobre la economía o nuestro peso o las alergias con las que crecimos" "nos obliga a aceptar y tolerar una vida mediocre y débil."
VAMOS A CAMBIARLO HOY
1. ¡Haz un inventario! Dios NO te ha dado un espíritu de temor; sino que de PODER, AMOR y DOMINIO PROPIO.
2. Convéncete de que el poderestá en ti. Efesios 3:20 dice, “Dios es capaz de hacer mucho más abundantemente de lo que podemos pedir o pensar, según el poder que actúa en ti” ¡Hay poder en ti que permite a Dios hacer más allá de lo que puedas pedir o pensar!
3. ¡PIENSA Y PIDE EN GRANDE!Dale a Dios algo con que trabajar, porque Él puede hacer más allá. Por lo menos, tenemos que darle una base para empezar.
4. Reconoce al Espíritu Santo enti. Hechos 1:8 dice: “pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros (...)”. Este poder (dunamis = dinamita) ya está en ti. Romanos 8:11 dice: “El mismo Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita EN TI”.
5. Quita los límites. No limite a Dios. Salmo 78:41 dice que los hijos de Israel limitaron al Señor debido a que no se acordaron de Su poder (versículo 42). Liberamos la Mano de Dios para bendecir cuando nos acordamos de Sus bendiciones anteriores.
¡ESTAR EXPECTANTES! Nunca subestimes el poder de la expectativa. Espera que el poder de Dios te dé fortaleza hoy. Espera ser dirigido por Su Espíritu.
PIÉNSALO Y DILO
Yo tengo PODER en mi vida en este momento. Por medio del Espíritu Santo en mí, yo tengo el poder para vencer la tentación, el poder para cambiar mi vida para mejor, el poder para ser sanado, el poder de perdonar y el poder de hablar la Palabra de Dios y ver Sus promesas manifestarse en mi vida. Voy a pensar en grande y pedir en grande, y por lo tanto EL PODER DEL ESPÍRITU DE DIOS DENTRO DE MÍ va a hacer que se cumpla en mi vida, ¡en el nombre de Jesús!